Según el analista político la pérdida de confianza de las personas en las instituciones, que mostró el estudio reciente, no se reduce solamente a un gobierno mal evaluado y requiere para recuperarse, un gran acuerdo nacional que instale nuevas reglas del juego para reemplazar las que ya no funcionan después de 25 años.
El analista político Max Colodro recordó este domingo las preocupantes cifras que arrojó la última encuesta del Centro de Estudios Públicos conocida a fines de la semana pasada. En una columna publicada en La Tercera, Colodro mostró los bajísimos índices de confianza de la gran mayoría de las instituciones: El Congreso, los partidos políticos, los tribunales de justicia y el Gobierno. Esto demuestra a su juicio “una espiral sistémica de deterioro institucional que no tiene precedentes, al menos desde el retorno a la democracia en 1990”.
El filósofo aclara sin embargo que “la situación actual no se reduce a un gobierno mal evaluado o a una oposición impotente; esto dejó de ser un problema político relativamente acotado y está transitando, ante nuestros ojos, hacia una crisis institucional de imprevisibles proyecciones”, asegura.
Colodro expone la contradicción que significa que “en un país donde el concepto de ‘lo público’ ha sido puesto como telón de fondo del actual proceso de reformas, constatamos ahora que las instituciones ‘públicas’ que son la base de un sistema democrático están, literalmente, hechas trizas Gobierno, partidos, Congreso y Poder Judicial dejaron de ser parte de la solución y hoy son parte del problema, un ‘problema’ que sólo puede agravarse cuando no existen instituciones legitimadas que puedan ayudar a diseñar e implementar una ‘solución’”, agrega.
Lo grave a su juicio es en parte que “la clase política en su conjunto, la dirigencia empresarial y las demás autoridades del país parecieran no haber asimilado aún el tenor y la profundad de lo que se está enfrentando. El gobierno insiste en seguir avanzando con un programa de reformas que nunca tuvo ni los tiempos ni la capacidad técnica para concretar de manera adecuada. Hoy, con total indolencia y sin asumir responsabilidad política alguna, el ministro Eyzaguirre finalmente nos confiesa que ‘ni Superman’ habría podido sacar adelante este conjunto de reformas de manera simultánea”.
Para el académico de la Universidad Adolfo Ibàñez, la solución empieza por “hacerse cargo de la inexorable evidencia: las ‘reglas del juego’ que el país fue capaz de construir hace 25 años, y que permitieron darle una base mínima de legitimidad a nuestras instituciones durante la transición, hoy están muertas. Y la única posibilidad de generar otras reglas pasa por construir un nuevo ‘acuerdo nacional’ entre mayorías y minorías, gobierno y oposición, trabajadores y empresarios”, asegura.
Fuente: El Mostrador
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