Al término de una cumbre en Quito, los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Nicolas Maduro, acordaron “normalizar” gradualmente la situación en la frontera binacional, afectada hace más de un mes por el estado de emergencia decretado por Caracas y que ha implicado el regreso forzado de miles de colombianos a su país de origen.
Según el documento de siete puntos leído por el anfitrión del encuentro, el presidente de Ecuador Rafael Correa, se decidió también que equipos ministeriales de ambos países se reúnan en Caracas el próximo miércoles 23 de septiembre.
Además los respectivos embajadores regresarán “inmediatamente” a Bogotá y Caracas.
El presidente Maduro agradeció las gestiones de su colega ecuatoriano y habló de un “reinicio” en las relaciones con Colombia, al final de la reunión que describió como “franca” y hecha en un “clima de hermandad”.
“¿Quién triunfó hoy?. Triunfó la sensatez y la paz”, dijo Maduro, quien agregó que “no hay cabida para el odio y la intolerancia”.
El encuentro, que tuvo lugar en el Palacio de Carondelet, sede del gobierno ecuatoriano, tomó unas cinco horas y en él participó también el presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, quen preside actualmente la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
“Esta fue una discusión, un diálogo, sereno y productivo”, expresó el presidente Santos, quien repitió que “cuando dos mandatarios tienen dificultades, los que sufren son los pueblos”.
Gasolina y paramilitares
Santos anunció que los equipos binacionales empezarán a analizar el problema del contrabando de gasolina venezolana a Colombia, una de las principales quejas del gobierno venezolano que mantiene el precio de combustible más bajo del mundo.
También dijo que toma en serio el problema del contrabando y las mafias criminales que operan en la zona limítrofe y que, según el gobierno venezolano, son la causa de las distorsiones económicas que padece el país.
Al final de la breve declaración, en la que no se permitieron preguntas de los medios presentes, los cuatro mandatarios posaron sonrientes para las cámaras juntando las manos.
Pasos fronterizos cerrados
“Aunque salieron de la reunión hablando de cooperación y acercamiento, y se comprometieron a avanzar en la normalización de la frontera, no anunciaron la apertura de los cierres de pasos limítrofes ordenados en el último mes por el presidente Nicolás Maduro”, dijo el corresponsal de BBC Mundo en Bogotá Natalio Cosoy.
“Resta ahora esperar qué resultado dará el trabajo que realizarán los ministros de ambos países en las reuniones que comenzaron este lunes y se renudarán el miércoles en Caracas, para ver si los desacuerdos finalmente se desvanecen”, agregó.
Colombia había exigido como condiciones previas para el encuentro la apertura de un “corredor humanitario” para los alumnos que viven en un lado de la frontera y estudian en el otro, la posibilidad de que los deportados puedan regresar por sus enseres y que se respete el debido proceso en las deportaciones.
A pesar de estos avances en la situación humanitaria, el propio Santos había admitido en su cuenta de Twitter que viajaba a Ecuador “con las mejores intenciones, pero sin grandes expectativas”.
Un día agitado
El presidente Correa había indicado antes del encuentro que tanto él como su par uruguayo no eran “mediadores” en la crisis colombo-venezolana sino “facilitadores”, ya que –en las palabras de Correa- se trata de “un problema bilateral” que debe ser resuelto por los gobiernos de ambos países.
Cerca del mediodía aterrizó en la capital ecuatoriana el mandatario venezolano, quien dijo traer “propuestas concretas” para mejorar la situación humanitaria en la frontera y construir una nueva relación con su vecino.
“Quiero iniciar un nuevo tiempo de relaciones con Colombia, de respeto de cooperación, de beneficio mutuo”, dijo Maduro, pero advirtió que no daría un paso atrás en las medidas tomadas por su gobierno para proteger la seguridad de los venezolanos frente a lo que considera las amenazas del paramilitarismo, el narcotráfico y el contrabando.
Tras un incidente registrado a mediados de agosto entre las fuerzas de seguridad venezolanas y contrabandistas que dejó dos militares heridos, Caracas decidió el estado de excepción en varios municipios fronterizos con Colombia, el cierre de la frontera y la deportación de miles de colombianos.
El presidente Santos señaló la mañana del lunes en Colombia que hasta el momento son 1.645 los deportados y “un poco más” de 17.000 los damnificados por la crisis, entre colombianos deportados y aquellos que abandonaron voluntariamente Venezuela.
Fuente: BBC Mundo
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