Fotografías que estuvieron escondidas en Quinta Normal son expuestas en la Biblioteca Nacional

Más de 4000 negativos en blanco y negro con retratos de políticos, artistas e intelectuales chilenos, con fotografías de paisajes y habitantes anónimos de todo Chile, permanecieron enterrados durante meses en una casa de Quinta Normal. Estos negativos, los mismos que partieron a Francia tras ser rescatados por su agregado cultural en 1973, son los que desde 2013 se encuentran preservados en el Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional para las generaciones futuras.

“Es el espíritu perdido de esos años, ingenuo y esperanzado en el futuro. Ese es el valor que tienen estas imágenes”, dice Tatiana Castillo, del Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional, a cargo de la investigación que sacará a flote casi 4 mil negativos capturados entre 1970 y 1973, hasta ahora desconocidos. Su autor: el fotógrafo Armindo Cardoso (Porto, 1943), quien se había instalado en Santiago en 1969 para trabajar como editor gráfico del semanario Chile Hoy y en editorial Quimantú. Con su cámara al cuello, recorrió el país de norte a sur, registrando todo con su lente: multitudes en las calles a favor y en contra del gobierno, campesinos que reciben títulos gracias a la Reforma Agraria, los homenajes a Neruda por el Nobel y la visita de Fidel Castro en 1971. También retratos de Salvador Allende, Miguel Enríquez y otros políticos, así como de los cineastas Raúl Ruiz y Patricio Guzmán -junto al desaparecido director de fotografía de La batalla de Chile, Jorge Müller-, y los escritores Carlos Droguett y Antonio Skármeta.

En 2013, la Biblioteca Nacional las adquirió, y hoy, a las 19 horas, abrirá la muestra “Un otro sentimiento del tiempo”. Chile, 1970-1973, que estará hasta el 5 de diciembre en varios puntos del edificio. También se lanzará un libro editado por su sello y que las reúne por primera vez, presentado por Faride Zerán y Jorge Baradit. Cardoso, quien asistirá a la apertura, afirma: “La experiencia determinante que viví y los lazos afectivos que me ligaron para siempre a Chile son, para mí, motivo de orgullo al ver el reconocimiento de mi trabajo. Que su preservación permita a las generaciones futuras conocer y develar la verdad de esos años”.