Quinta Normal una vez más hace noticia por cosas negativas. Ya se ha hecho costumbre aparecer en los primeros lugares del ranking por tragedias o actos delictivos. Quienes hemos vivido toda la vida aquí, sabemos que históricamente nuestra comuna fue considera como un lugar tranquilo, con mucha vida de barrio y familias tradicionales que aún se mantienen en sus antiguas viviendas pese a la migración de sus hijos.
Pero da más rabia que hoy sean nuestras propias autoridades comunales las que están cuestionadas por presuntos actos de corrupción, y que además sea por el mal uso y despilfarro de recursos provenientes del Estado, y que tenían como objetivo ayudar a mejorar la calidad de la educación y apoyar a los alumnos con más necesidades de la comuna.
Más indignante aún es saber que no es la primera vez que esto ocurre. Que de esto se ha hecho una práctica habitual. Cuesta entender cómo los responsables pueden andar tranquilos por la vida sabiendo que muchos de los bienes que han adquirido (autos, casas, parcelas y otros) son producto de haberle quitado beneficios a niños y vecinos nuestros, los que muchas veces no tienen ni siquiera lo básico para sobrevivir, y menos para dar una educación digna a sus hijos que los pueda sacar del futuro que los condena. Es una verdadera bofetada en la cara también a las comunidades educativas que luchan día a día por mantener una alicaída educación pública.
Pienso que a lo mejor lo que ayuda alivianar sus conciencias es que varios de ellos no son de aquí, por lo que luego se irán a sus respectivas comunas y no tendrán necesidad de mirar a la cara todos los días a quienes han defraudado.
En diferentes épocas he tenido la suerte de ocupar cargos en el municipio y me duele que por unos pocos que están de paso, se enlode la abnegada labor que realizan funcionarios municipales. Otros se han integrado y han sido un aporte, la mayoría de ellos están muy conscientes de lo que está pasando y repudian estos actos de corrupción. Sin embargo deben mantener sus trabajos y se ven obligados a asistir de manera sistemática a cuanto actos de apoyo se le ocurra inventar al equipo asesor de la alcaldesa de Quinta Normal.
Pero lo que más me llama la atención, es que existen otros históricos actores, que hoy son autoridades comunales, que lamentablemente el tiempo los ha transformado, ya que ante hechos similares en una misma Institución (Corporación de Educación), actúan de manera diferente. En un tiempo fueron capaces de denunciar y apoyar, sin embargo hoy hacen una defensa incondicional ante situaciones aún más graves ¿Qué pasó en el camino? ¿Se puede cambiar tanto la forma de actuar y pensar?
Por eso hoy para mí cobra más sentido que nunca esa famosa frase de Bertolt Brecht que dice:
Artículo de diario “La Segunda” 8 de septiembre del 1994, “Denuncian irregularidades en la Corporación de Quinta Normal”. Luis Díaz Espinoza. (presidente de la U. Comunal de Juntas de Vecinos), Luis Sepúlveda M. (presidente Colegio de Profesores), Pablo García Ramirez.-Ana L’Home-Manuel Fernández (concejales de la época).