Una de las costumbres más habituales cuando nos planteamos mejorar nuestra salud es empezar a correr, dejar de comer algunos alimentos y esperar a que nuestro cuerpo se empiece a reponer de los excesos que a menudo hemos cometido durante años. El problema aparece cuando en apenas unas semanas no logramos nuestro objetivo y nos enfadamos porque el método no funciona. No es que no funcione, sino que estamos equivocados en cuanto al concepto que tenemos de vida sana.
Hacer ejercicio sí, pero no cualquier ejercicio
Comprarse unas zapatillas y salir a correr como si nos fuera la vida en ello, o apuntarnos a un gimnasio pensando que así esculpimos nuestro cuerpo y estaremos más sanos es un error. Antes de empezar, conviene analizar nuestras capacidades y adaptar la rutina de ejercicios tanto a estas como a qué es lo que queremos conseguir. A veces se puede buscar ganar en fuerza, otras en resistencia y en otras ocasiones simplemente sentirnos mejor por dentro. Para ello, nada mejor que consultar a algún especialista qué beneficios ofrece cada deporte.
Por ejemplo, la rutina 5×5 está pensada para quienes quieren aumentar su fuerza a través de repeticiones y ejercicios progresivos. Este es otro detalle importante, ya que si empiezas demasiado fuerte, en muy poco tiempo abandonarás. Necesitas un plan específico y escalable, que aumente a medida que vas ganando en rendimiento.
Ajustar la salud a las condiciones personales
Nuestro cuerpo va pasando por diversos estados a medida que avanzamos en el tiempo. Por ello, es sumamente importante adaptarnos a ellos para cuidar nuestra salud. Incluso nuestros antecedentes familiares, el entorno al que estamos expuestos y el género condicionan hasta cierto grado cómo cambiar de hábitos para cuidar nuestra salud.
El estado de salud es uno de los condicionantes que pueden impedir concebir un hijo, por ejemplo. Aunque no se conoce a ciencia cierta cuánto afecta la alimentación o los desequilibrios en este sentido, sí que hay sospechas de que determinadas sustancias podrían afectar a la fertilidad, como destaca Invitro TV. Teniendo en cuenta que este también es un asunto de salud, conviene pensar en esto y en otro tipo de condiciones para hacer planes adecuados.
El equilibrio es fundamental
La obsesión por bajar de peso o tener más músculos hace que a menudo se cometan imprudencias, como dejar de comer determinados alimentos y aumentar la ingesta de otros. Por ejemplo, hay quienes dejan de tomar azúcar por completo o aumentan la cantidad de proteínas de forma casi indiscriminada. Ese es un grave error, salvo que un nutricionista profesional nos lo haya recomendado y siga nuestro caso con atención. Si buscas información en una revista de salud, verás que te indican que es importante el equilibrio, no abusar o prescindir de ningún nutriente pensando en que así se conseguirán mejores resultados.
Peligros a los que nos exponemos
Obsesionarnos con mejorar nuestra salud puede acabar por provocar problemas, algunos tan graves como la gastritis crónica que puede causar debilidad y molestias. Los excesos y un desequilibrio que impida controlar las emociones, algo que puede suceder cuando no obtenemos los resultados inmediatos que esperamos, no hacen sino agravar este y otros problemas de salud.
Curar la gastritis cronica es posible, aunque siempre es mejor la prevención. Por ello, si te estás planteando mejorar tu estado de salud, es importante pararte y evaluar cuáles son las claves que de verdad funcionan en tu caso. Si, el ejercicio y la alimentación son importantes, pero siempre que se hagan de tal modo que tu cuerpo realmente se beneficie de ello y no acabes tirando la toalla en poco tiempo.