Dedicado a la creación y residencias de artistas, el espacio tiene su primera actividad este viernes y sábado con la coreografía de danza Los micrófonos.
La Nave desde las alturas. Foto: @fotosaereas en Instagram
Podría ser visto simplemente como el capricho concedido de un padre generoso a su hija bailarina, pero Nave es mucho más que eso. Inaugurado esta semana, el nuevo centro para las artes escénicas de barrio Yungay es también un ejemplo de filantropía, de cómo una familia con recursos puede dejar un legado a la comunidad. Hace cinco años atrás, Rodrigo Peón Veiga Herranz, empresario de la industria minera, compró una vieja casona en calle Libertad 430, declarada en estado catastrófico por el Consejo de Monumentos tras el terremoto de 2010, y echó a andar un proyecto para convertirla en un espacio para la danza, que tuvo un costo de US$ 2,5 millones.
A cargo del destacado arquitecto Smiljan Radic (autor del restaurante Mestizo), la casona conservó su fachada neoclásica, pero en su interior se levantaron 2 mil metros cuadrados de nueva infraestructura, que incluye dos salas de ensayo, un auditorio con 146 butacas y varias habitaciones que servirán de residencias para artistas. La idea es que sea un espacio de experimentación sobre todo en las disciplinas de danza, teatro y música. “Siempre he pensado que la vida del artista es difícil, sin mucha retribución y con una permanencia fugaz de la obra. Por eso quisimos hacer un espacio donde no exista la presión del tiempo, de la taquilla, donde el artista sea el protagonista, no la audiencia”, dijo en la ceremonia inaugural, el martes, la presidenta de la Fundación Patrimonio Creativo y esposa de Peón Veiga, María Teresa Petric. Su hija, la bailarina y sicóloga Javiera Peón Veiga, es una de las dos co-directoras artísticas del espacio.
Otro detalle especial de Nave es su azotea, que ha sido habilitada con una carpa de circo en rojo y amarillo y que estará destinada a inauguraciones y eventos. “La terraza es increíble porque tienes una vista privilegiada de las dos cordilleras al mismo tiempo, te sientes realmente en medio del Valle Central. La carpa es el elemento más simple que pudimos construir y funciona como contrapunto de las salas contemporáneas. Elegimos la de circo pobre, por ser más chilena, familiar y festiva”, dice Radic. Y agrega: “Chile necesita de estas iniciativas, y creo que puede funcionar en la medida en que su campo de acción es limitado y eso le permite ponerse la misma altura de otros centros artísticos similares en otros países. Lo que suele pasar con las salas de eventos es que terminan sirviendo para cualquier cosa, nuestro peor ejemplo es la Estación Mapocho”.
El nuevo vecino
Las actividades de Nave parten este viernes y sábado, a las 20 horas (entradas de $3.000 a $ 6.000), con la presentación de Los micrófonos, una coreografía de los bailarines españoles Jorge Dutor y Guillem Mont de Palol que se enmarca en el ciclo Masculinidades, centrado en el trabajo corporal de los hombres, y que seguirá con presentaciones mensuales de bailarines iberoamericanos hasta noviembre. Además, este domingo el centro estará abierto desde las 12 horas para que el público pueda recorrer sus instalaciones.
Este viernes y sábado se presenta la pieza Los micrófonosEste viernes y sábado se presenta la pieza Los micrófonos
“El fuerte de Nave será la creación y la residencia de artistas, para lo que hay convocatorias abiertas a artistas locales y extranjeros. También queremos insertarnos en el barrio e invitar especialmente a artistas de los alrededores a ocupar el espacio”, cuenta la directora del centro, María José Cifuentes.
En esa línea se enmarca el proyecto Cabaret Yungay, que invita a artistas y vecinos a postular, hasta el 13 de septiembre, con sus ideas de creación, ya sea de circo, stand up, cuenta cuentos, teatro, folclor, etc. Además, están abiertas otras dos convocatorias: una para compañías de danza y performance, y otra para artistas de disciplinas complementarias, bautizadas como “artes vivas” o “aquellas que están relacionadas con el otro o la sociedad”, explica Cifuentes.
También, se realizará el ciclo OtroSur, entre septiembre y diciembre, con bailarines de Argentina, Brasil, Uruguay y Chile. Y habrá laboratorios abiertos al público, previa inscripción, que funcionan como talleres dictados por diferentes artistas. El primero lo realiza la coreógrafa local Amanda Piña, entre el 12 y 16 de septiembre y es gratuito. Sólo hay que postular. La programación de esta marcha blanca tiene aportes de Programas de Cooperación Española como Iberescena y PICE, y colaboradores de instituciones alemanas como Goethe Institut y Fundación Siemens.
Fuente: La Tercera
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