Desde Madrid, el exdirigente sindical explicó a The Clinic Online las razones para renunciar al Partido Comunista después de 17 años de militancia. Aseveró que se necesita reencontrar con la mística del partido y así recoger la voz de quienes no se sienten representados por la Nueva Mayoría, también apunto a que el programa de gobierno ha sido secuestrado por los sectores más conservadores.
¿Cómo fue tomar esta decisión de dejar tu partido y comenzar una nueva etapa?
Esta decisión fue informada de manera formal, en los espacios que corresponden y le envié una carta al presidente del partido y a la directiva, pero también la he ampliado a los militantes del partido, a quienes no me conocen, para que no queden dudas y sobre todo para que la información llegue de primera fuente. Después de tantos años de militancia hay un dolor, que tiene que ver con tantos años dedicados al partido. Pero pensando en los cientos de compañeros de Arica a Punta Arenas, y también de Europa que he conocido y que tienen una tenacidad y generosidad que a mi me enaltece, había que tomar una decisión.
La verdad es que me voy con el respeto del partido, el cariño de sus militantes, pero también entendiendo que desde la independencia y el trabajo de mantener el diálogo con otros, juntarse con otros, se puede opinar más libremente, sin tensionar la situación política, en este caso, del partido.
¿Qué tanto influyó la muerte de Nelson Quichillao, razón por la que renunciaste al cargo de agregado laboral que tenías hasta hace unos meses en el Gobierno?
La situación en particular que viven mis compañeros de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) y la muerte del compañero Quichillao, sin duda gatilla y demuestra un drama que viven muchos trabajadores en nuestro país. Pero no es lo único. Diría más bien que lo que hoy día necesito es poder caminar y transitar sin la rigidez de la militancia, poder conversar con tanta gente que hoy lo necesita y que no se siente representada en lo político, porque también tenemos que ir mejorando nuestros prácticas políticas, nuestra democracia, los espacios de la negociación colectiva. Y eso no pasa por un hecho dramático, que es la situación de nuestro compañero, sino que es la suma de hechos de lo que a mí me ha tocado vivir. Como actor político, sindical y social creo que necesitamos abrazarnos con quienes no son parte de la Nueva Mayoría, que tienen una opinión crítica de la NM porque han reproducido las prácticas que nosotros buscamos erradicar. Tenemos que erradicar la corrupción, hacer frente a esta tensión que existe hoy día en nuestro país en que se impide avanzar por parte de los defensores del modelo.
Has señalado que hay una situación de democracia secuestrada.
Es que es una situación conspirativa en forma permanente. Y eso requiere que las voces se escuchen fuerte. Necesitamos también que efectivamente haya un pueblo con mayor disposición a batallar y luchar por esos cambios y no estar con la calculadora en la mano, en función de lo electoral, en función de un cargo, sino más bien en función de las mayorías que hoy tienen una opinión crítica a la forma de hacer política. Yo no pertenezco a este espacio, no me siento representado por él. Es esa la reflexión que hago, y creo que ahí hay que buscar otros caminos, que sin duda van a converger con las fuerzas democráticas. Nosotros no podemos seguir siendo rehenes de las malas prácticas en la política. Muchas veces los partidos reproducen estas malas prácticas. Y hay que corregir esta situación.
¿Crees que desde otro espacio se puede lograr terminar con las malas prácticas?
Desde otro lugar, que es el mismo desde el cual vamos a construir todos estos cambios, podemos contribuir a ello. Pero no se puede estar haciendo lo de hoy día que es mirar al techo con la situaciones que están ocurriendo en este país. Y yo necesito de esa independencia, de ese espacio diferente que debemos construir con otras fuerzas, con otros relatos y crear una fuerza transformadora. Ahora, cómo se hace eso. Obviamente con mayor trabajo, mayor tenacidad y creo que eso es lo que necesita el pueblo de Chile.
¿Tenía que ser fuera del PC?
Estoy orgulloso de estos 17 años de militancia, pero llevo más de 30 años en el activismo social y político. Y he tratado siempre de tender esos puentes. He aprendido del partido comunista, de sus militantes, pero también de otros y otras. Cuando entré al PC lo hice por una sola razón: yo venía de otra militancia, yo venía del PS, de las corrientes revolucionarias del PS, y cuando aparecen todos estos otros sectores y son cooptados por la socialdemocracia, obviamente había un solo norte y había un solo faro, que era Gladys Marín. Ingresé al PC porque con Gladys Marín había una mística, una forma, una convicción de cómo hacer las cosas, de cómo ponerle el corazón. Y ahora no lo siento con esa misma energía, con esa misma fuerza. La verdad es que llegué golpeando la puerta solo, sin que nadie me invitara ni reclutara y hoy día me voy solo.
¿Crees que esa mística se ha perdido en el PC al ser parte del bloque gobernante y conceder, pactar ciertas cosas en pos de llegar al parlamento o ser parte de este gobierno?
Croe que esas son reflexiones que los militantes del PC harán en su congreso. Yo fui parte de las decisiones donde optamos por ser parte del gobierno de la NM. Pero esto te desdibuja. Creo que lamentablemente en Chile la democracia está secuestrada de la corrupción. El PC tiene una gran fuerza moral y ética que se sostiene en sus militantes, pero no me siento representado en cómo hoy día se están haciendo las cosas y por eso he tomado la decisión del alejamiento de los compañeros, del partido. Es una decisión que no ha sido fácil, que ha sido con la profunda convicción que es posible cambiar y avanzar en las transformaciones sociales, pero desde la independencia para buscar caminos de convergencia con actores que hoy día no se sienten representados en la NM. Las mayorías de verdad se siente fuera de quienes se arrogan ser la NM.
Hace un tiempo entrevistamos a Camila Vallejo y ella comentaba que en la historia ha existido en el partido homofobia y machismo, algo que por suerte han superado, pero del que quedan resabios. ¿Compartes ese comentario?
Tengo una profunda admiración, aprecio, cariño por Camila Vallejo desde antes de transformarse en la líder, dirigente o diputada que es hoy. Y comparto esas afirmaciones. La izquierda tiene esos resabios misóginos, homofóbicos, lesbofóbicos, discriminatorios. Hoy se ha avanzado, pero ha sido por la tenacidad de algunos de nosotros de luchar contra esta cultura discriminatoria. Aquí siempre hay una situación de disminuir los liderazgos en función de su sexualidad, de su orientación, de su capacidad. He sentido esos resabios discriminadores, si bien no tan fuertes porque he resistido esa situación con la compañía de miles de manos generosas, de hombres y mujeres que obviamente sienten que uno les interpreta. Y esa misma situación viven nuestras compañeras cuando se discuten cuotas al interior de los partidos en función de representaciones o candidaturas. No ha sido fácil. Entonces yo coincido con lo que dice Camila y los que no ha tocado vivir, pero también hemos abierto una esperanza de que es posible cambiar aquello y erradicarlo. Por eso también necesitamos construir fuerzas que sean capaces de incorporar estos temas, que debe ser con nuevos actores sociales, nuevas generaciones. Mira, hay una frase que dijo Gladys Marín una vez en el Caupolicán: que las mujeres vuelen como mariposas libremente, que quienes vivan con otra orientación sexual nadie nos coapte a este modelo patriacal. Me quedo con las palabras de ella, por eso es tan necesaria, y va a ser una de las batallas principales, la de incorporarme a la lucha por una nueva constitución, que ojalá avancemos en el objetivo de que pueda ser el pueblo quien elija mediante un plebiscito. Que sea la asamblea constituyente que decida lo mejor para todos, los 17 millones de chilenos. Por eso debemos hacer los esfuerzos democratizadores que no están reproduciendo las democracia de los consensos que finalmente han contaminado los espacios y ha dañado a este gobierno, que estaba lleno de esperanza y que ha terminado con muchas dificultades producto de ser el andamiaje que ha permitido que no se avance con claridad en mayor democracia.
¿Cuál es el llamado a los militantes del PC y a la gente que comparte tus ideas?
A mis compañeros del partido y de la Jota les digo que deben luchar con mayor perseverancia para combatir los males de la política. Que eso no descomponga el interior del deber ser del partido. Nuestro deber siempre es estar con los trabajadores, tener a los mejores hombres y mujeres en las responsabilidades del Estado, que hoy tienen esta posibilidad de que nosotros no somos la reproducción del clientelismo como forma de compensación, sino que la organización está vinculada a las luchas de los trabajadores. Las nuevas mayorías no están representadas en lo que hoy día es este gobierno. Sin duda votamos por este gobierno, pero hoy se distancia por esos sectores conservadores, reacciones y sostenedores del modelo que han erosionado este proyecto. Y por tanto a los pueblos los invito a luchar con más fuerza, a los trabajadores a levantarse con dignidad, a fortalecer sus organizaciones, a caminar con mayor claridad de esa mayoría que debemos construir. Y eso es posible, en la medida que tengamos liderazgos que miren a los ojos a los hombres y mujeres, niños y niñas, que se estremezcan con la guerra, el hambre, la situación que vive el pueblo mapuche, ante la mujer que es vulnerada en sus derechos. Este trabajador que está desprotegido. Antes los miles de profesionales y técnicos precarizados. Esa es la fuerza que debe movilizar.
Fuente: The Clinic
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