La Población Lourdes, un emblemático sector de Quinta Normal, tiene sus raíces en el año 1878, cuando Alejandro Vigoroux Castel, propietario de terrenos aledaños a la Quinta Normal de Agricultura, decidió parcelar y vender una gran cantidad de sitios. Fue este hecho el que dio origen a un asentamiento urbano al poniente de la Avenida Matucana y el ferrocarril de circunvalación.
Paralelamente a la venta de terrenos, Vigoroux realizó una donación que sería clave en la identidad del sector: un sitio destinado para la construcción de un Santuario y Gruta de Lourdes. La donación se hizo efectiva el 17 de mayo de 1880, lo que impulsó las primeras gestiones para levantar este lugar de culto. El cura párroco José Joaquín de la Arriagada y Fuenzalida encargó una estatua de la Virgen de Lourdes desde Francia, la cual llegó tres años más tarde. En 1887, la estatua fue trasladada a su destino final, marcando el inicio de lo que sería uno de los principales centros de devoción mariana de la capital.
El desarrollo del Santuario y sus alrededores fue impulsado por la llegada de los Padres Asuncionistas, gracias a las gestiones del Arzobispo de Santiago, Mariano Casanova. En 1893, estos religiosos asumieron el cuidado del Santuario y comenzaron a expandir su obra social y religiosa. La construcción de la Gruta de Lourdes se completó en 1908 y fue bendecida el 11 de febrero de ese año por el propio Arzobispo Casanova.
A medida que crecía la devoción en torno a la Gruta, también lo hacía la población en los terrenos loteados cercanos. Para 1912, este creciente asentamiento adoptó formalmente el nombre de Población Lourdes, el cual ha perdurado hasta nuestros días. Este nombre no solo honra el Santuario, sino que también simboliza el carácter comunitario y religioso que define a este histórico sector de Quinta Normal.
La edificación de la Basílica de Lourdes comenzó en 1920, aunque su consagración oficial se llevó a cabo el 25 de marzo de 1958, coincidiendo con el centenario de las apariciones de la Virgen de Lourdes en Francia. Desde entonces, la Basílica y la Gruta han sido puntos de referencia espiritual y patrimonial para los vecinos de la comuna y miles de peregrinos que visitan este sitio cada año.
Hoy, la Población Lourdes es un importante símbolo de Quinta Normal, no solo por su rica historia religiosa, sino también por su desarrollo urbano que ha dado vida a una comunidad vibrante que aún conserva la esencia de sus orígenes.
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