En un clima de creciente descontento, el concejo municipal saliente de Quinta Normal ha sido señalado por su falta de fiscalización y una estrecha relación de complacencia con la autoridad edilicia. Durante casi cuatro años de gestión, la crítica a su labor ha estado marcada por la ausencia de control y supervisión, aspectos esenciales en el rol de cualquier concejal.
La función principal de los concejales es la fiscalización de la gestión del alcalde, sin embargo, en este periodo se destacó más la lealtad hacia la autoridad que hacia la ciudadanía. Las omisiones y el silencio del concejo frente a situaciones críticas, como la gestión de la Corporación Municipal de Desarrollo de Quinta Normal (Corpquin) y la falta de rendición de cuentas en áreas clave como educación y salud, han dejado una sensación de abandono entre los vecinos.
En medio de este nuevo proceso electoral, es fundamental que los habitantes de Quinta Normal exijan respuestas claras a sus concejales salientes. Preguntas como cuántas presentaciones realizaron ante la Contraloría, cuántos requerimientos de fiscalización promovieron, o cómo actuaron ante las multas impuestas a la Corpquin por falta de rendición de fondos, son esenciales para evaluar su gestión.
La comuna ha experimentado un deterioro en la calidad de vida de sus habitantes, mientras la administración saliente ha presentado una imagen paralela de progreso que, para muchos, no refleja la realidad. La comunidad merece concejales comprometidos con la transparencia y la probidad, que pongan los intereses de la gente por sobre las amistades o lealtades políticas.
En estas elecciones, se hace un llamado a los vecinos a exigir candidatos que garanticen una verdadera fiscalización, que no se limiten a ocupar un asiento en el concejo para adular a la autoridad, sino que trabajen en pro de una Quinta Normal más justa y transparente.
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