La aviación rusa efectuó este miércoles sus primeros ataques en Siria, a pedido del presidente Bashar al Asad, contra objetivos del grupo yihadista Estado Islámico, indicó Moscú, pero Francia puso en tela de juicio estas afirmaciones.
Así, el canciller francés Laurent Fabius denunció el miércoles en la ONU que los ataques aéreos rusos en Siria podrían no haber apuntado contra el EI, exigiendo garantías de los objetivos reales de Moscú.
Por su parte, la Casa Blanca dijo que es “demasiado pronto” para decir cuáles fueron los blancos de los ataques aéreos rusos en Siria, y qué resultó efectivamente bombardeado.
Poco antes, una fuente del Pentágono había dicho que los ataques rusos en Siria estuvieron dirigidos contra fuerzas de la oposición y no contra el grupo EI.
El Estado Islámico no podrá ser vencido en Siria si Asad permanece en el poder, declaró por su parte el secretario de Estado norteamericano John Kerry en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Durante una reunión presidida por su homólogo ruso Serguei Lavrov, Kerry declaró además que Estados Unidos estaba dispuesto a aprobar los ataques rusos en Siria si son “realmente” contra el EI.
Horas antes, los aviones rusos habían golpeado “con precisión blancos en tierra de los terroristas del grupo Estado Islámico en Siria”, según el general Igor Konashenkov, portavoz del ministerio de Defensa.
Concretamente se destruyeron “equipamientos militares”, “depósitos de armas y municiones” y herramientas de comunicación del grupo yihadista, que el año pasado proclamó un “califato” en los territorios bajo su control en Irak y Siria.
La campaña iniciada este miércoles es la primera intervención militar de Rusia lejos de sus fronteras desde la invasión soviética de Afganistán en 1979, concluida una década más tarde con un sonado fracaso.
Estados Unidos, que desde hace poco más de un año lidera una campaña aérea contra el EI en Irak y Siria, se vio sorprendido por la iniciativa rusa.
El Pentágono dijo rápidamente que los ataques rusos no cambian la misión internacional liderada por Washington en Irak y Siria “para degradar y destruir al EI”.
“La única forma apropiada de combatir el terrorismo internacional (…) es actuando de forma preventiva, batallando y destruyendo a los combatientes y los terroristas en los territorios que ya han conquistado, y no esperando a que lleguen a nosotros”, declaró el presidente ruso Vladimir Putin ante la televisión.
Además afirmó que los bombardeos rusos son conformes con el derecho internacional, ya que responden a un pedido de ayuda militar formulado por la presidencia siria. Ésta confirmó que Asad envió una carta en ese sentido a Putin, a falta de una resolución de la ONU.
Putin confirmó igualmente que el dispositivo se limita a atacar por aire, y descartó, al menos por el momento, el despliegue de tropas terrestres rusas en Siria.
Pulso diplomático con EEUU
La aceleración de la intervención rusa en Siria tiene como telón de fondo un pulso diplomático entre Washington y Moscú sobre el papel de Asad, que los occidentales califican de “tirano” que debe abandonar el poder y Rusia considera un escudo imprescindible contra el yihadismo.
El lunes pasado en la ONU, en su primer discurso ante la Asamblea General en diez años, Putin llamó a la formación de una “amplia coalición antiterrorista” contra el grupo Estado Islámico, que incluya al régimen sirio y a Irán, otro aliado de Damasco.
Barack Obama, que desde hace un año desarrolla sin mucho éxito una campaña aérea contra el Estado Islámico en Irak y en Siria, rechaza esa idea, insistiendo en que se necesitan “nuevos dirigentes” en Damasco.
Rusia respondió a ambos dirigentes que no les correspondía determinar quién debe gobernar en Damasco.
Fuente: Bio Bio Chile
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